CIUDAD DEL VATICANO — A pocos días del inicio del cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, los cardenales reunidos en Roma han manifestado su intención de que el proceso sea breve, estimando una duración de dos a tres días. Simultáneamente, han abordado la crítica situación financiera del Vaticano, que representa uno de los principales desafíos para el próximo pontífice.
Majestuosa Vista De La Basílica De San Pedro Desde El Tíber.
Por redacción Escarabajo Digital.
30 de Abril 2025
El cónclave comenzará el 7 de mayo en la Capilla Sixtina, con la participación de 133 cardenales electores menores de 80 años. Durante las congregaciones generales previas, varios purpurados han expresado su deseo de alcanzar un consenso rápidamente. "Será breve, dos o tres días. Tengo las ideas claras. Yo sé a quien votar", afirmó el cardenal Raphael Sako, patriarca de los caldeos, al ingresar a una de las sesiones preparatorias.
En paralelo a las deliberaciones sobre el perfil del nuevo papa, los cardenales han centrado su atención en la delicada situación económica de la Santa Sede. Durante la séptima congregación general, se discutieron los "problemas" y "desafíos" financieros del Vaticano, con intervenciones de figuras clave como el cardenal Reinhard Marx, coordinador del Consejo para la Economía; Kevin Joseph Farrell, responsable del Comité de Inversiones; y Christoph Schoenborn, presidente de la Comisión de Supervisión del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el banco vaticano.
El déficit operativo del Vaticano alcanzó los 83 millones de euros en 2023, un incremento significativo respecto al año anterior. Desde 2014, la Santa Sede acumula un déficit total de 444 millones de euros, a pesar de los esfuerzos del papa Francisco por implementar reformas financieras y mejorar la transparencia.
Uno de los escándalos financieros más notorios en los últimos años fue la condena del cardenal Angelo Becciu en 2023 por malversación de fondos relacionados con una fallida inversión inmobiliaria en Londres. Aunque Becciu ha apelado la sentencia, ha decidido no participar en el próximo cónclave, decisión que ha sido bien recibida por sus colegas cardenales.
Además de los desafíos financieros, los cardenales han discutido la polarización interna dentro de la Iglesia y la necesidad de continuar con las reformas iniciadas por el papa Francisco. El proceso de sinodalidad y la inclusión de las mujeres en roles clave, aunque aún limitados en procesos decisivos como el cónclave, han sido temas recurrentes en las conversaciones.
Entre los posibles candidatos al papado se mencionan nombres como Pietro Parolin, Matteo Zuppi y Peter Erdo, quienes representan diferentes corrientes dentro de la Iglesia. La mayoría de los cardenales parece inclinarse por un perfil que continúe las reformas de Francisco, pero con un enfoque que promueva la unidad y la estabilidad institucional.
El próximo papa enfrentará el reto de sanear las finanzas vaticanas, restaurar la confianza en las instituciones eclesiásticas y guiar a la Iglesia en un mundo cada vez más polarizado. La elección que se avecina será determinante para el futuro de la Iglesia Católica y su papel en la sociedad contemporánea.
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