El primer ministro británico, Keir Starmer, ha anunciado una serie de reformas migratorias con el objetivo de reducir la inmigración y fortalecer el control fronterizo. En un discurso reciente, Starmer advirtió que el Reino Unido corre el riesgo de convertirse en una "isla de desconocidos" si no se toman medidas para controlar la inmigración laboral.
El primer ministro británico, Keir Starmer.
Por redacción Escarabajo Digital.
12 de Mayo 2025
Entre las principales medidas anunciadas se encuentra la duplicación del tiempo mínimo de residencia legal necesario para solicitar la ciudadanía británica, pasando de cinco a diez años. Además, se implementarán requisitos más estrictos de idioma inglés para todos los solicitantes de visa, incluyendo a los dependientes adultos.
El plan también contempla la eliminación de la vía de visa para trabajadores del sector de cuidados, una medida que ha generado críticas por parte de organizaciones del sector debido a la escasez de personal. Asimismo, se impondrán límites más estrictos a los empleadores que deseen contratar trabajadores extranjeros para puestos de baja cualificación, exigiendo inversiones en formación de personal local.
Starmer ha enfatizado la necesidad de que los inmigrantes se integren plenamente en la sociedad británica, aprendiendo el idioma y participando activamente en la comunidad. El objetivo es reducir la inmigración neta, que alcanzó las 728,000 personas en 2024, y abordar las preocupaciones sobre la cohesión social y la presión sobre los servicios públicos.
El gobierno también ha intensificado las acciones contra la inmigración irregular, con un aumento significativo en las redadas y deportaciones. Desde las elecciones generales de julio pasado, se han realizado más de 19,000 deportaciones, y las inspecciones laborales han aumentado en un 38% en comparación con el año anterior.
Estas reformas se enmarcan en un contexto político en el que el Partido Laborista busca responder al aumento del apoyo al partido populista Reform UK. Starmer ha defendido las medidas como necesarias para garantizar la seguridad y la cohesión social, aunque han generado divisiones dentro de su propio partido y críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.
En el ámbito internacional, el Reino Unido ha anunciado la creación de un fondo de 99 millones de euros para abordar las causas de la inmigración ilegal en África y Medio Oriente, financiando proyectos humanitarios y educativos en la región.
El gobierno también ha establecido un nuevo Comando de Seguridad Fronteriza, con competencias ampliadas para investigar y detener a personas sospechosas de estar implicadas en el tráfico de inmigrantes, utilizando métodos similares a los empleados en la lucha contra el terrorismo.
Estas medidas representan un cambio significativo en la política migratoria del Reino Unido, con un enfoque más restrictivo y centrado en la seguridad y la integración. El impacto de estas reformas en la economía y la sociedad británica será objeto de seguimiento y análisis en los próximos meses.
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